viernes, 2 de noviembre de 2018

Los hábitos que más energía nos roban



A menudo, como personas; solemos desarrollar una serie de costumbres y actitudes para ciertas situaciones que de forma paralela nos pueden agotar mentalmente de una manera pasiva.

 Los problemas subyacentes.

Esas preocupaciones latentes, que están allí, pero que no la tomas en cuenta de una manera activa; cosas como la estabilidad económica, la seguridad de tus niños, quizás problemas familiares, los estudios o tal vez el temor de lo que está por venir en tu día a día. Esto brinda un estado de estrés constante de la cual no estás plenamente consciente y te puede perjudicar física y mentalmente.

La presión social.

¿Has sentido la necesidad de adaptarte a alguna situación de la que no estabas del todo cómodo para poder simpatizar con tus iguales? Esa inseguridad de no encajar con tu grupo de amigos o con la sociedad puede agotarte mental y psicológicamente; debes tener en cuenta el amor propio y el orgullo.

¿Dedicas largas horas de tu día al trabajo?

Trabajar por largos periodos de tiempo, no solo puede agotarte físicamente, si no mentalmente; esto puede provocar que tu rendimiento en el trabajo sea mermado por el desgaste constante. Procura asegurar el tener un tiempo para ti mismo, descansar y relajarte.

Pero recuerda, el procrastinar tampoco es la solución.

Procrastinar por si alguien no lo sabe, significa el dejar las responsabilidades para después en pos de dedicar tu tiempo en otras tareas que nos son fútiles para el desarrollo personal o profesional. Jamás dejes tus responsabilidades de cualquier índole para último momento; ya que seguramente el constante recordatorio subconsciente de estas solo aumentara el estrés y las preocupaciones. La clave está en la organización del tiempo.

Y hablando de organización…

Una de las causas que pueden generar estrés puede ser el desorden, si eres una persona no muy ordenada, podrías generarte preocupaciones a largo plazo, por lo que lo que es altamente aconsejable generar costumbres organizacionales, por ejemplo jamás dejar que se acumulen los platos sucios, acomodar siempre la cama y similares. Esto también es acompañado a un buen orden horario; ya que como anteriormente mencione, la mejor manera de llevar una vida saludable es la organización de tu tiempo, pero por supuesto, no es necesario seguir todo esto al pie de la letra, basta con que cumplas tus responsabilidades importantes.

Pocas horas de sueño.

Así como la falta de organización, las escasas horas de sueño pueden provocar lo que es obvio, una falta de rendimiento en tu día a día, fatiga física y por supuesto agotamiento mental constante. Como es comúnmente recomendable, lo mejor es dormir entre ocho y nueve horas de sueño y por supuesto, evitar en lo posible el trasnocho; ya que esto podría provocar una modificación a tu reloj interno y complicar tus periodos de sueños.

La ansiedad.

Se sabe científicamente que un poco de ansiedad (adaptativa) en la vida es saludable, ya que te permite confrontar y manejar mejor las exigencias de las tareas dirías del día, ya que es un mecanismo natural del cuerpo hecho para poder mantener un estado de alerta frente a situaciones de peligro pero este estado o sentimiento puede salirse de control de forma progresiva si decides tomar demasiados deberes a la vez o dejar que se acumulen las responsabilidades; por lo que obviamente deja de ser saludable y puede pasar a un estado patológico degastando progresivamente tu estado mental. Por lo que es recomendable tomar las cosas con calma si te das cuenta que estas sintiendo mucha ansiedad o tensión. Sal a caminar, estírate o toma algo que ayude a relajarte.

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