Desde que somos pequeños estamos rodeados de mucha información acerca de cómo deberían ser las relaciones amorosas; la cual es confusa la mayoría de las veces y no sabemos cuál es la realidad, hasta que crecemos y empezamos nuestras propias relaciones. Nuestros ejemplos son variados, desde los cuentos para niñas y las películas románticas, hasta las parejas que nos rodean. Para empezar, tenemos el ejemplo de nuestros padres, que muchas veces es caótico. Después conocemos parejas cercanas a nosotros, como nuestros tíos, vecinos, papás de nuestros amigos, etc. Cuando crecemos nos encontramos sin saber cómo es el amor, tenemos relaciones disfuncionales y pensamos que es necesario hacer drama para que el amor sea verdadero.
Cuando estamos en una relación, queremos saber si estamos ante el amor verdadero o si se trata de otro tipo de amor o simple amistad. Lo más importante es saber que, en el amor verdadero, ninguno de los dos depende del otro, cada uno tiene su espacio personal y su libertad propia. El amor verdadero es un amor que nada tiene que ver con las películas y novelas románticas, es un interés genuino por la felicidad del otro.
A continuación, exponemos las 8 cosas que todos deberíamos saber antes de querer formar una pareja con la primera persona que conozcamos, para no pasar la vida preguntándonos qué estamos haciendo mal:
1- El amor propio es la mejor forma de atraer el amor verdadero. La pareja es el mejor reflejo de lo que somos, por eso atraemos a nuestro lado a las personas con el mismo nivel de energía que nosotros. Quererte a ti mismo con tus defectos y virtudes, traerá a tu vida a alguien que se quiera y pueda demostrarte ese amor. Si tú no te quieres ni a ti mismo, por qué esperarías que alguien más lo haga.
2- El amor verdadero no se trata de encontrarse en el otro. Olvídate de la idea de que vas a encontrar a tu media naranja, porque esto significa que estás incompleto y necesitas de otro para ser una persona completa. Esto no es real y si lo crees, dejarás de ser tú mismo con tal de tener a alguien a tu lado.
3- El amor de tu vida eres tú. ¿Por qué quieres buscar en alguien más lo que ya tienes en ti? El amor verdadero no te lo dará nadie más que tú. Si crees que otra persona es el amor de tu vida, estás equivocado. La persona más importante en tu vida eres tú, tú tienes dentro de ti el amor que necesitas para ser feliz y tener una pareja se trata de compartir ese amor y hacerlo crecer.
4- El verdadero amor no necesita lucha. Si necesitas ‘luchar’ porque alguien te quiera, estás con la persona equivocada. El verdadero amor es genuino, no necesitas pelear por que aparezca, mucho menos porque permanezca contigo.
5- El amor verdadero te permite ser tú mismo. Cuando estás con alguien que te ama de verdad, no tienes que pretender ser alguien que no eres. Si necesitas cambiar tu forma de ser, de vivir, de pensar, de vestirte, por tener pareja, no estás amando, estás dependiendo.
6- El amor verdadero no requiere de un gran esfuerzo. Si amas de verdad no necesitas controlar a tu pareja, criticarla, juzgarla, celarla ni tener con ella ningún comportamiento tóxico. El amor verdadero fluye de manera natural.
7- El amor verdadero dura. Cuando amas de verdad, los problemas no son impedimentos, sino baches en el camino que hay que brincar. Siempre tratarán de hallar la manera de resolver las dificultades, para seguir juntos y fortalecidos.
8- El amor verdadero es libre. Donde hay amor no hay esclavitud. El amor verdadero entiende la libertad personal como la primera característica para que funcione. El amor verdadero no exige ni se aferra a nadie.
El amor verdadero te ayudará a ser una mejor versión de ti mismo, te apoyará en todos los proyectos que emprendas, te dará iniciativa para seguir adelante, estará a tu lado en las buenas y en las malas, se alegra con tu felicidad y sufre con tu tristeza.
Existen muchos ingredientes que componen la receta del verdadero amor y es importante que los conozcamos para ser capaces de identificarlos en la persona de la que nos enamoramos. El principal elemento es la comunicación. Esta implica ser capaces de escuchar sin juzgar, tener confianza en el otro y ser confiable, tener la certeza de que, si tenemos algo que decir, nuestra opinión será valorada.
El segundo ingrediente es el apoyo y el reconocimiento a los logros de la otra persona, así como la aceptación mutua de cada uno con sus defectos y virtudes. En el amor verdadero no cabe el desprecio ni la ironía, sino la sinceridad y la complicidad.
El amor verdadero evitará tener actitudes groseras con la otra persona, no será irrespetuoso ni faltará a la confianza depositada en él. Debemos evitar convertirnos en personas manipuladoras, evitar los celos enfermizos, el dominio de uno sobre el otro y cualquier conducta que rompa el equilibrio necesario para que la relación funcione.
Es normal que la pasión que hay al inicio de la relación, va cambiando y a veces parece que va desapareciendo con el paso del tiempo, por eso es importante ser felices con su sola presencia y crear un proyecto de vida juntos, donde ambos crecerán y se convertirán en mejores personas cada día.